Un Cuento Imaginario

Para Nesy y Leo

Era tarde, el sol empezaba a desvanecerse entre los árboles, las siluetas de los niños que se mecían en los columpios se alargaban y diluían al mismo tiempo.

Ernesto, de seis años, cabello negro y blanquísimo rostro, empujaba con desgana a Leonardo, de cinco años, de largo cabello lacio y negro que enmarcaba un rostro moreno y tranquilo.

De repente, Leonardo baja los pies del columpio, deteniendo el vaivén del artefacto sustituto de la cuna, y saca de una de sus bolsas (donde carga otras tres mil cosas más, la mayoría de ellas cosas inútiles, convertidas en pequeños tesoros), el recorte de una revista.

-Mira lo que encontré ayer en una revista del consultorio del “dientista”- dice Leonardo entusiasmado- Es de la caricatura nueva del Cartoon Network, la de los amigos imaginarios. Mi mami me leyó lo que decía en la hoja, dice que un 80% de los niños tenemos amigos imaginarios antes de los siete años.
-Ahhhh…que estupidez –contesta Ernesto visiblemente molesto- ¿Por qué te gustan esas caricaturas para maricas?, por eso te joden tanto los otros niños.
-No me joden tanto, ni por eso, no seas mentiroso
-como sea, esa caricatura esta bien boba, dame ese papel –Ernesto arruga el recorte hasta convertirlo en una bolita de papel que se introduce en su boca y se lo traga- ¿vamos a comer tierra?
-¿Qué te pasa Neto?, ¿Por qué te enojas?
-No tengo nada, anda vamos a comer tierra
-No, quiero que me digas que tienes, te conozco desde hace mucho y se que te enojaste por algo.
-Bueno, la verdad es que esperaba que te enteraras de otra forma, no por un recorte pendejo, y dentro de algunos años más, no tan pronto…
-¿Qué quieres decir? ¡No te entiendo!
-De verdad que eres bien distraído, nunca te das cuenta de nada… ¿no te enteras?, ¡soy imaginario tontito, solo existo en tu cabeza!
-¡ay no mames pinche Neto, deja de estarme jodiendo, soy distraído no pendejo!
-jajajjaaaa, te has vuelto bien maldiciento, te va a regañar tu mamá si algún día te llega a escuchar.
-no me va a regañar ni madres, mi papa es peor. Pero ya dime en serio ¿Qué tienes?
-es enserio, no me estoy burlando de ti, haber piensa: ¿Por qué crees que los demás niños te ven raro cuando vas platicando conmigo? ¿Por qué nunca has ido a dormir a mi casa? ¿Alguna vez has visto a mis papas? ¿Por qué siempre estoy contigo? ¿Por qué siempre me ganas con el trompo?
-pues porque estas pendejo, porque más –contesta con voz temblorosa Leonardo- si eres imaginario, ¿significa que la vez que le levante la falda a esas gemelas…estaba yo solo?
-sipi, estabas solo, pero no eran gemelas, una trabaja conmigo.
-¿trabaja contigo?, o sea que es un trabajo
-a huevo, te dan a escoger entre ser fantasma de videos de Internet, ser espíritu de sesiones espiritistas, alucinación de drogadictos, y mucho otros, yo escogí ser amigo imaginario.
-entonces, eso significa, que solo estabas conmigo por obligación
-Leonardo, debes dejar de chutarte las novelas con tu abuelo, no te pongas sangron, claro que es mi trabajo, lo hago desde hace 60 años y eso ya es mucho tiempo, pero a cada cliente le consagro años de servicio y cada uno es diferente. Un tiempo trabajé con un wey que era ciego, le ayude a utilizar una cámara fotográfica y ahora de eso trabaja, con él me quede hasta los 11 años.
-ah, bueno, hasta los 11 es mucho tiempo, yo apenas tengo –Leonardo titubea un poco mientras cuenta los dedos de su mano izquierda- 5 años, no se cuantos me faltan para tener 11, pero deben de ser muchos.
-te faltan 6 años, bruto y lamento desilusionarte, pero contigo solo tengo permiso de quedarme hasta los 7
-¿los siete? ¿Pero porque menos tiempo? ¿Me vas a dejar cuando cumpla siete años?
-solo me puedo quedar más tiempo con los niños enfermos, los que viven en hospitales, tú estas bien, eres sano.
-debo de estar loco, para imaginarme un amigo imaginario como tú
-es normal, tu mamá te lo leyó ¿no? Somos muchos trabajando de esto. Cada vez hay más hijos únicos.
-Pero yo no soy hijo único, yo tengo más hermanos.
-si, si, pero te pasas la mayor parte del tiempo en una guardería, y tus hermanos son mayores, también trabajamos mucho con niños de guardería. Es fácil mezclarnos entre tanto niño y sus recuerdos.
-pero es que ¡yo no quiero que te vayas!
-no te preocupes, algún día tengo que irme, no te dolerá, ya veras, un día despiertas y ¡paf!, yo habré desaparecido como en tu acto favorito de magia, en el que un mago mete a un niño del publico dentro de una caja, da unos pases con su varita mágica y el escuincle desaparece.
-ah si, ese acto me gusta, lo vi en el circo que se puso detrás de mi casa ¿te acuerdas?, desde mi ventana se veían los leones.
-bueno, eso también te lo imaginaste
-¡Puta madre!, ¿¡es que todo me lo imagino!?
-no, no todo, pero eso sí.
- como sea, yo no quiero que te vayas, no tengo más amigos.
-eso es ahora, ya veras, entraras a segundo como nuevo, tendrás amiguitos y amiguitas nuevas.
-no me caen bien las niñas
-si, ya se que le dijiste a tu mamá que yo te gustaba
-¡Queeé! ¿Quién te dijo eso? –dice Leonardo, sonrojándose de manera inmediata?
-¿Qué no acabas de entender?, yo se todo de ti, porque estoy en tu cabeza, menso.
-bueno, si le dije, pero no era cierto, estaba jugando.
-no te preocupes, también es normal que no sepas que es gustar, ni quien te gusta. Eso también se te pasara con el tiempo.
- ¿enserio no te puedes quedar conmigo hasta que ya sea grande y no te necesite?
- no, si me sigues hablando cuando tengas 16 ya se llama esquizofrenia. Pero en serio, no te preocupes, esto no duele como lo que te hace el dientista. No te pongas triste, vamos a tu casa por tu lupa, todavía hay sol para quemar hormigas.
-no, no quiero, me voy a casa, quiero estar solo
-pero si ya estas solo
-¡carajo! Aparte de imaginario, ¿tienes que ser tan cruel?

BEaUTIFuL FrEaK